Uso del extintor, una normativa clara
En caso de incendio la rapidez puede resultar decisiva ya que un pequeño fuego puede convertirse en un gran incendio en cuestión de pocos minutos. Para estos casos, los extintores son el mejor aliado. Son elementos autónomos que permiten proyectar un agente extintor sobre un fuego con el fin de extinguirlo en su fase inicial o conato.
Los extintores constituyen el medio más adecuado para desarrollar una acción rápida sobre un conato de incendio y su utilización eficaz puede evitar, en muchos casos, la propagación del fuego y en consecuencia la mayoría de los incendios.
¿Todos los extintores son iguales?
Previamente al uso de cualquier extintor, hay que tener claro para qué tipo de situación está indicado. En general están ideados para pequeños fuegos, lo que se denominan conatos. El uso del extintor adecuado viene determinado por el tipo de fuego al que nos enfrentamos, son eficaces solo si el agente extintor es la apropiado. En la etiqueta del propio extintor aparecerá esta información básica, indicando si su eficacia es para fuegos de clase A (Sólidos), clase B (Líquidos), clase C (Gases), Clase D (Metales y productos químicos) y Clase F (Aceites y grasas).
Es importante, por lo tanto, que antes de nada nos aseguremos que el agente extintor es el adecuado para la naturaleza del incendio. Es recomendable colocar extintores cerca de los puntos en los que existen más probabilidades de que se inicie un fuego, cerca en cuadros eléctricos, en cocinas, etc.
Los extintores vendrán caracterizados por una etiqueta identificativa propia para cada uno de ellos en la que se detallará:
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Nombre y razón social del fabricante.
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Temperatura máxima y mínima de servicio.
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Productos contenidos y cantidades de los mismos.
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Clase de fuego a que puede aplicarse y en caso de peligro a los que no puede aplicarse.
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Instrucciones de empleo.
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Fecha y contraseña correspondiente al registro de tipo.
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Placas de timbre y retimbrado.
¿Dónde colocar el extintor?
El extintor debe estar colocado a una altura visible y accesible. Debe colocarse siempre en una pared vertical y de ser posible siempre cerca de las zonas de evacuación. El emplazamiento y ubicación de los extintores harán que sean fácilmente visibles y accesibles, situados próximos a los puntos donde exista mayor riesgo de iniciarse un incendio, próximos a las salidas de evacuación y en soportes fijados a paramentos verticales, de modo que la altura de los extintores sea entre 80 cm y 120 cm sobre el suelo, tomando como referencia la parte superior del extintor.
Además, en edificios de uso general, deberán disponer de extintores cada 15 metros de recorrido desde cualquier origen de evacuación. Esto quiere decir que estemos donde estemos tendremos que tener un extintor a menos de 15 m, hay que tener en cuenta, que cuanto más cerca tengamos un extintor antes podremos atacar el conato de incendio.
La ubicación del extintor debe estar correctamente señalizada mediante una señal cuadrada o rectangular situada en la pared justo encima del extintor. Estas señales contra incendios deben ser de color rojo con la palabra extintor o un dibujo de un extintor en color blanco. El color rojo debe siempre ocupar como mínimo el 50% de la señal.
¿Quién puede instalarlos?
Estos equipos de extinción, deberán ser instalados por empresas instaladoras de sistemas de protección contra incendios, por empresas mantenedoras de extintores portátiles o por el fabricante de los extintores. Cuando la superficie del establecimiento no sea mayor a 100 m2 o se trate de una vivienda unifamiliar, también podrán ser instalados por el propio usuario.
¿Y el mantenimiento?
La empresa mantenedora colocará en todo extintor que haya mantenido, fuera de la etiqueta del fabricante del mismo, una etiqueta con su número de identificación, nombre del mismo, una etiqueta con su número de identificación, nombre, dirección, fecha en la que se ha realizado la operación, fecha en que debe realizarse la próxima revisión. Las empresas mantenedoras de extintores de incendio llevarán un registro en el que figurarán los extintores y las operaciones realizadas a los mismos.
Para seguimiento de los programas de mantenimiento de los equipos y sistemas de protección contra incendios, se deberán elaborar unas actas que deben ir firmadas por la empresa mantenedora y el representante de la propiedad de la instalación. En el caso de los extintores, se tienen que realizar revisiones de funcionamiento óptimo cada tres meses. Anualmente, se realizarán las operaciones de mantenimiento según lo establecido en el Programa de Mantenimiento Anual de equipos de presión RD 2060/2008. Finalmente, cada cinco años, se realizará una prueba de nivel C o timbrado, de acuerdo a lo establecido en el anexo III, del Reglamento de Equipos a Presión, aprobado por Real Decreto 2060/2008 y 79/2015, A partir de la fecha de timbrado del extintor, y por un máximo de tres veces, se procederá al retimbrado del mismo de acuerdo a lo establecido en el anexo III del Reglamento de Equipos a Presión. No obstante, el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios RIPCI, establece en las Tablas I y II, los programas de mantenimiento necesarios.
¿Cuándo caduca un extintor?
Pese a la percepción general, los extintores, como cualquier producto de consumo, también tienen una fecha de caducidad. Y eso es algo que debemos tener muy en cuenta. Tener un extintor caducado puede provocar que a la hora de utilizarlo no funcione como deba, restándole eficacia al sofocar el conato de incendio. La vida útil del extintor no sobrepasará veinte años contados a partir de la fecha de la primera prueba, pasado dicho plazo no podrá ser utilizado.
Tanto las normativas comentadas anteriormente, como las que rigen la instalación o el mantenimiento de los extintores nos aseguran un funcionamiento perfecto a la hora de luchar contra un conato de incendio.
1 de junio de 2020
A. de la Riva